Tras este epígrafe sustitutorio de la biografía y el currículo, premeditada, alevosamente sustraído a Nikos Kazantzaki, yace Emilio Pascual Martín, varón de cierta edad —como todos— y sobre todo avanzada —porque de avanzar nunca deja—. Segoviano de origen, es madrileño de adopción, que es tanto como decir del mundo. Se licenció en Filología Hispánica, cautivado por la melancolía de don Quijote y las octavas del Polifemo. Atosigado por la burocracia que nos lleva con más ímpetu que el otro río, escribió una novelilla —que más de sí no daba— con el título de El purgatorio de don Oficinio, título tan elocuente y descriptivo que evitaba el trabajo de leerla. Fue acogido por los dioses lares de la edición, donde tuvo la fortuna de estar en el ajo y en el ojo de la colección TUS LIBROS (aquí Unamuno habría apostillado que estos juegos del vocablo son índice del más menguado ingenio, y a fuer de currículo veraz ahí se deja), colección para la que escribió no menos de una docena de “Apéndices” (es de esperar que no todos extirpables). Un impensado azar le otorgó el premio Lazarillo por el libro Días de Reyes Magos, que fue corroborado con el Nacional de Literatura. El fantasma anidó bajo el alero volvió a andar en lenguas y aun en quinielas de libreros y Premios Nacionales. Hace poco más de ocho años, de nuevo los dioses de la edición lo empujaron a Ediciones Cátedra, donde gozó sufriendo con una biblioteca que, como los siglos de don Quijote, pretendía ser dorada. Dejó la Cátedra para acogerse al júbilo, y aun ahora anda trasteando con un invento denominado Oportet editores. Coqueteos permanentes con la literatura quedaron atestiguados en cuentos y relatos dispersos, alguna obra de teatro inédita, ciertos endecasílabos. Unos Apócrifos del Libro lo confirman, y El número de la Bella es ya una reincidencia. Hace unos años recibió el XV Premio Glauka, que da la Asociación de lectores de la Biblioteca de Cuenca, premio que, por ser de pura devoción y sin dotación alguna, es el más estimado. No sabríamos decir si es un buen lector, pero, lo mismo que de Borges, podría aventurarse que es un lector agradecido.

Para los amantes de emociones fuertes, se añaden unas cuantas fichas, que, para sorpresa del propio “curriculado” figuran en los omniscientes catálogos de la Biblioteca Nacional.

PUBLICACIONES:

El Purgatorio de don Oficinio, Edival, Valladolid, 1977 (novela)
Aventura en el Gris, Libertarias, Madrid, 1990 (Cuento infantil)
Las trompetas de Jericó, en Abril, nº3, Luxemburgo, 1992 (cuento)
Guía junior Expo 92, Expo/Anaya, Madrid, 1992.
La Virgen tuerta, en Abril, nº18, Luxemburgo, 1999 (cuento).
Días de Reyes Magos, Anaya, Madrid 1999.
Campomanes y yo, MEC, Madrid 2002.
El fantasma anidó bajo el alero, Anaya, Madrid, 2003.
Apócrifos del libro, Alianza, Madrid, 2004.
Trío de color, San Pablo, Madrid, 2005.
El número de la Bella, Valnera, Santander 2010 (novela).