Descripción
En el primero se aprecia la tristeza de un autor que, aun en plena adolescencia —lo escribió entre los 15 y los 17 años— mantiene un tono contenido, alejado del dramatismo. El poeta, sin embargo, lamenta la opresión intolerante de la sociedad que le ha tocado vivir y que va degollando paulatinamente sus sueños.
«En los otros dos —según el profesor Jesús Lázaro Serrano—, la inquietud ética se matiza y adquiere un tono de denuncia». Es entonces cuando se desarrolla un importante proceso en el poeta: la esperanza es posible, aunque poéticamente se debe superar el individualismo para desembocar en una poesía comprometida, dando siempre prioridad al hombre como sujeto histórico, lo que le entronca dentro de la poesía social de la postguerra civil española. Una poesía centrada, sobre todo, en temas éticos, expresados con lenguaje sencillo y verso libre.
En total 82 poemas escritos entre los años 1944 y 1955, una época muy difícil, en palabras del propio autor, «cargada de resentimientos y de amargas experiencias políticas y sociales». Unos tiempos de vergonzosa postguerra. Años tan viciados por la penuria moral, que la única salvación posible para el hombre —así fue como Arce lo llegó a intuir— sólo se alcanzaría dentro de la creatividad personal. Desde una voluntad irrenunciable y desde un compromiso intelectual con la libertad del ser humano.