Nació en Vigo en 1982. En el Instituto se dedicaba a jugar al baloncesto porque con su 1,62 sabía que nunca llegaría a nada y también a berrear en un grupo de punk porque el fracaso hay que construirlo como Dios manda. Tras eso se sacó un ciclo superior de imagen y solo hay que ver su Instagram para comprobar que sigue siendo un pésimo fotógrafo. Después se graduó en guion y dirección sin pisar jamás la Universidad que le extendió el título. En el mundo del cómic ha publicado hasta veinte títulos diferentes en varios países y ha cosechado infinidad de ninguneos y de entrevistas chuscas en las que le preguntan su color favorito. Su mayor logro es que sigue siendo un absoluto desconocido para los lectores.